A modern classic in the African literary canon and voted in the Top Ten Africa’s 100 Best Books of the 20th Century, this novel brings to the politics of decolonization theory the energy of women’s rights. An extraordinarily well-crafted work, this book is a work of vision. Through its deft negotiation of race, class, gender and cultural change, it dramatizes the ‘nervousness’ of the … ‘postcolonial’ conditions that bedevil us still. In Tambu and the women of her family, we African women see ourselves, whether at home or displaced, doing daily battle with our changing world with a mixture of tenacity, bewilderment and grace.
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Imagine a society where the only way a woman will be able to get an education is if her older brother, who was going to school himself, died, and since she’s the oldest of the family, now she has to go to school in his place.
For author Tsitsi Dangarembga, this wasn’t too far from the truth. In fact, she wrote a semi-autographical novel about it, called Nervous Conditions, about the plight of girls who want an education living in Zimbabwe (or what was then called Rhodesia). The novel follows Tambu, who’s older brother dies of ‘becoming Anglicized’, but in an effort to have at least one member of the family educated at the Catholic school their uncle manages, Tambu is sent to school to take over her brother’s position as eldest of the family. She does this knowing her mother hates it, knowing her father wants her to do it, and knowing that she will never be as close as she used to be to her culture.
The main characters of the novel, Tambu and her cousin Nyasha, have an incredibly dynamic relationship, being incredibly different but able to support each other positively whenever the other needs. Unfortunately, Nyasha does not fare well, becoming, towards the end, a product of the pressure to be perfect, and a part of a society she wants nothing to do with. While a smart girl, Nyasha is a victim of the extreme patriarchy of her father’s reign at the school, and a black woman in a colonized society that views them as nothing more than the natives of the land.
Tambu, on the other hand, excels, meeting her own obstacles of self-identity, both as a girl who spent the majority of her life up to now living in a homestead learning to become the perfect wife, and as a black woman being educated in a white man’s colony. She triumphs over her obstacles, but one can only assume how much she had to pay for that to be said in the first place.
Nervous Conditions is a brilliant novel, written by an author who knows the struggle, and presented to a society who will never understand the difficulty of acquiring an education. My honest recommendation is 4/5; everyone should read this book, especially those interested in history.
Luckily for you, if you’re an English student at the University of Malta, the chances are you’ll have to read this in your second year!
“No lamenté la muerte de mi hermano.”
Con esta frase demoledora empieza esta novela considerada desde su publicación como uno de los baluartes de la literatura africana contemporánea. La protagonista es Tambu, una adolescente que solo a la muerte de su hermano tiene la oportunidad de que la manden a la escuela. Su hermano Nhamo, al haber sido el único varón de la familia fue el elegido por su tio Babamukuru, el rico de la familia, para recibir una educación, porque lo que se esperaba de las niñas era que se quedaran en casa y ayudaran a su madre en espera de casarse. Tambu sin embargo no es una niña como las demás, ella envidia a su hermano la educación que está recibiendo, pero se encuentra una y otra vez con la negativa de sus padres:
“-Pero yo quiero ir a la escuela.
-Querer no basta.
-¿Por qué no?
Dudó, y después alzó los hombros.
-Es lo mismo en todas partes. Porque eres una mujer-.”
Así que solo a la muerte de su hermano la acoge su tio, ya que al no haber varones en la familia, si Tambu se hacia con una educación, podría sacar a su familia de la pobreza. Tambu se traslada a casa de la familia de su tio y sus horizontes empiezan a expandirse, porque ella que hasta ahora había conocido la pobreza y la exclusión, con una madre siempre deprimida por no parir hijos varones y un padre superficial y perezoso, en casa de su tio aprende que hay otra vida. Sus tios se han educado en Inglaterra y ambos son maestros, y sus primos también son una especie de híbridos en lo referente a educación y mentalidad al haber vivido años fuera.
Uno de los temas esenciales de esta novela es la forma en que reflexiona acerca de a mujer justo en un momento clave en una Rhodesia a punto de independizarse y convertirse en lo que hoy es Zimbawe entre los 60 y los 70. Al igual que ese pais colonizado, los personajes femeninos de esta novela podrían configurar el panorama de las diferentes mentalidades en plena rebelión. Era muy difícil cambiar el rol de la mujer, enquistadas en una sociedad ultrapatriarcal y al tiempo mismo colonial. Ellas de las que se esperaba que debían encajar en unas reglas marcadas y no moverse de ahí, es precisamente en esta época cuando empiezan a cambiar y rebelarse. Y para ello la autora crea cuatro o cinco personajes, representativos de estas mujeres: por una parte está la madre de Tambu, a la que le aterran los cambios, que su hija estudie y sea contaminada por la educación de los blancos y que se aferra a su pasivo inmovilismo:
“El asunto de ser mujer es una carga pesada -dijo-. ¿Y cómo no iba a serlo? ¿No somos nosotras las que parimos hijos? Cuando es así una no no puede sólo decidir hoy quiero hacer esto, mañana quiero hacer lo otro, al día siguiente quiero ser una persona educada. Cuando hay que sacrificarse por algo, a una le toca. (…)Y en estos días es peor, con la pobreza de ser negra por un lado y el peso de ser mujer por el otro.”
Y por otro lado están los personajes de su tía Maiguru y su prima Nyasha, cultivadas y que han vivido en Inglaterra; su tía aunque trabaja tiene que entregar todo su sueldo a su marido y aunque juega a ser la esposa sumisa, tiene sus arranques de rebelión. Su prima Nyasha es una adolescente más atormentada en el sentido de que al haber vivido en Inglaterra y al volver a Rhodesia, realmente no sabe donde pertenece y presenta una continúa rebelión ante las decisiones de su padre
“La gente tenía prejuicios en contra de las mujeres educadas. Prejuicios. Por eso decían que no éramos decentes. Eso fue en los cincuenta. Ahora estamos a mediados de los setenta. Me decepciona que la gente siga creyendo lo mismo. Después de todo este tiempo y cuando no hemos visto nada que lo compruebe. No sé que quiere decir la gente con mujer disoluta: algunas veces es alguien que camina por las calles, otras es una mujer educada, otras es la hija de un hombre exitoso o simplemente es bonita.”
Otro punto esencial que toca la autora a través del personaje de Tambu, es el de la influencia colonizadora en los personajes. Cuando Tambu sale de su aldea, y recibe la educación primero en la misión, y luego en un colegio mayoritariamente de blancos, se crea el conflicto de que automáticamente se le exige que entre en estos ritos occidentales: el uniforme, las costumbres, el idioma.. va perdiendo en el camino la esencia de sus raices. Es interesante la forma en que estos conceptos van calando en el personaje de Tambu, una chica lista que aunque quiere estudiar por encima de todo, también se plantea lo que estos cambios influyen en los personajes femeninos de la novela, pequeños actos de rebelión a través de una depresión, de una huida de casa por parte de la esposa, de la anorexia…
“Puesto que durante la mayor parte de su vida la mente de mi madre, que primero le perteneció a su padre y después a su esposo, no había sido suya, a ella le resultaba muy difícil tomar una decisión.”
En mi búsqueda de escritoras africanas, esta es una novela que hace mucho que quería leer y ha valido la pena. Una novela de iniciación que toca muchos temas, universales por una parte en lo que se refiere a la emancipación de la mujer y la búsqueda de su identidad, y por otra parte, el de la Africa postcolonial que es otro tema que me parece interesantísimo también, en el sentido de que aunque las colonias fueran independizándose poco a poco, para el nativo no era tan fácil esta independencia mental. Buscando el significado del titulo de la novela, lo encontré en el prólogo de la novela donde explicaban que venía de una reflexión de Sartre al respecto: “La condición del indígena es una condición nerviosa (neurosis) introducida y mantenida por el colono entre los colonizados, con su consentimiento”.
“Es bastante malo cuando un país es colonizado -me dijo con severidad- pero es peor cuando su gente también es colonizada.”